RESEÑA ASIENTO DE DUCHA Y ASIDERO
Soy Gonzalo Cánovas, abogado de 37 años de Málaga y voy en silla de ruedas. Hace algunas semanas os conté en este mismo blog que, tras mucho buscar, había encontrado un piso en mi ciudad que se adaptaba a lo que buscaba, con acceso adaptado y que me iba a permitir volver a vivir de manera independiente, tras unos años en el hogar familiar.
Si bien sabía que la casa iba a necesitar ciertas reformas, decidí pasar unos días en ella, antes de iniciar este camino. Solo pasando tiempo en la casa me iba a poder dar cuenta de lo que realmente necesitaba reformar.
Fue un acierto, aunque no fue fácil. Uno de los actos de la vida cotidiana que más me costó fue la ducha. Imaginaos, estando solo sobre todo el miedo a caerme al acceder a la ducha. En esos momentos piensas: ¿Intento ducharme de pie apoyándome en la pared, ayudado de mi frágil equilibrio? ¿Me siento en el suelo? Ninguna de las dos soluciones era buena, y menos a largo plazo. Claramente necesitaba ayuda.
Por ello, contacté con OBBOCARE y les expliqué la situación. Ellos me mandaron a casa dos asientos para atornillar a la ducha (uno de los cuales sorteamos en mi perfil de instagram @chairtraveler hace unos días) y una barra de sujeción.
Aproveché que los albañiles estaban aún en casa para pedirles que me instalaran el asiento y la barra, y pude ver que fue muy sencillo. Después, llegó la prueba de fuego. La ducha.
Fue genial llegar a la ducha y sentirse seguro. Me apoyé en la barra de sujeción y me senté para después ducharme. Había visto sillas como estas en hoteles, pero nunca había tenido una en casa. Ahora pienso que tarde mucho. Te sientes tan cómodo como en un hotel, pero sin salir de tu hogar. El asiento es cómodo, seguro y, además, se pliega fácilmente. Por ello si el día de mañana tengo visita de alguien que necesita utilizar la ducha, el asiento no supondrá ningún obstáculo. La barra para apoyarme al acceder a la ducha también me dio una sensación de total firmeza.
Por todo ello os animo a contactar con OBBOCARE si os encontráis a la hora de acceder a la ducha con la inseguridad como la que os explicaba al principio de estas líneas, que yo sentí. No os vais a arrepentir.