GONZALO CÁNOVAS

Para empezar, creo que debería presentarme. Soy Gonzalo Cánovas, abogado de 37 años de Málaga. ¡Ah! Y tengo espina bífida. A veces cuando me presento, olvido esa circunstancia sin duda importante pero que siempre he querido que no condicione mi forma de ver la vida y mucho menos mi día a día.

He viajado, he vivido fuera de muchos años y durante las próximas semanas y meses espero a través de este blog contaros algunas de mis experiencias. Entré en contacto con OBBOCARE gracias a mi perfil de Instagram, @chairtraveler, principalmente dedicado a una de mis grandes pasiones, los viajes. Desgraciadamente este año la pandemia no me ha dejado ir a muchos sitios. Como tanta gente, he tenido que matar el gusanillo viajero, conociendo o redescubriendo sitios cercanos cuando he tenido más suerte y cuando no ha habido otra, soñando desde casa.

Tras muchos años viviendo en Madrid, hace tres años, regresé a Málaga, la ciudad que me vio nacer, y tras un tiempo en casa de mis padres decidí volver a salir del nido y lanzarme a la búsqueda de una casa. No sabéis lo difícil que es. Para empezar el acceso al edificio. Actualmente hay muchos pisos vacíos, pero ¿Cuántos de ellos son accesibles? ¿Cuántos portales lo son? Os aseguro que muy pocos. Han sido muchas las ocasiones en las que he llegado a un portal y justo antes de empezar a visitar lo que, creía que sería, el piso soñado, he encontrado en el portal ese pequeño escaloncito, esa puerta por lo que no cabía… dificulta des varias que, para una persona sin discapacidad, seguramente no supongan ningún problema pero que a mí me hacían automáticamente descartar una vivienda.

Por fin, tras mucho buscar, lo encontré. Como todo en la vida, nada es perfecto. Pero hay que mirar las cosas, y me atrevería a decir que también a las personas, con optimismo y no por lo que sean, sino por lo que puedan llegar a ser. Así que os escribo, lleno de ilusión justo antes de visitar la reforma de la que va a ser mi nueva casa para la que, por supuesto, he contado con los productos de OBBOCARE, más en concreto con una silla y barras de apoyo para utilizar cómodamente el cuarto de baño.

Pero los líos de la reforma son otra historia que merece ser contada en otra ocasión. ¡Hasta pronto!