Yosu Vázquez
Yosu Vázquez
Tecnico Deportivo de Montaña
“Tu sueño es mi reto”
Soy Yosu Vazquez y me considero un amante de la naturaleza y de los deportes de montaña. De siempre he practicado escalada, esquí, alpinismo, he corrido por montaña carreras de media distancia, y también de ultra distancia. Soy guía de montaña profesional, y estoy especializado en personas con diversidad funcional. Acerco la montaña a personas ciegas y con baja visión, y a personas con movilidad reducida. Entre otras cosas, soy piloto de la silla todo terreno Joelette para personas con movilidad reducida, y de las sillas adaptadas para el esquí, Dualski yTempo y Tandem Ski / Tandem Flex.
Cuanto más esfuerzo en la preparación y ejecución de una salida, muchísimo más gratificante es la recompensa cuando se termina con éxito.
¿Qué sientes al apoyar los sueños de muchos que de no ser por tu ayuda no podrían cumplirlos?
Pues en principio me siento muy afortunado al ser parte de un sueño. Se que muchos de ellos no se harían realidad si no fuera por el apoyo que yo puedo ofrecer.
Siempre digo que me alimento de las personas que dejan en mis manos sus retos y sus objetivos, muchas veces imposibles desde un punto de vista tradicional de la discapacidad. Ellos y ellas me ofrecen en algunos casos, mucho más de lo que yo puedo aportar. Considero que mis conocimientos y mis herramientas de guiado son imprescindibles para cumplir esos sueños, pero son solamente eso, herramientas. Lo más importante es creer que se pueden hacer cosas diferentes, y no ponerse límites.
¿Cuál fue tu impulso para especializarte en personas con diversidad funcional?
Siempre he disfrutado de la montaña de una forma “egoísta”, creo que como hace el 99% de las personas que hacen montaña. Pero en una de esas duras carreras de montaña en la que pasé más de 40 horas de corriendo, me di cuenta de que esas sensaciones, esas emociones y esos paisajes que yo podía ver y disfrutar, había un colectivo de personas que por diferentes motivos lo tenían prácticamente imposible.
Fue entonces cuando empecé a trabajar, a formarme y a enfocar mi vida en conseguir que ese colectivo de personas con diversidad funcional, disfrutara, viviera y se enamorara de la montaña como yo lo había hecho.
¿Cómo es el vivir este tipo de experiencias con grupos tanto de personas con diversidad funcional con sin ellas?
Trasmitir una pasión es muy sencillo cuando esa pasión es real y además la vives.
En mi caso creo que salir al monte con un grupo de personas que en un principio son clientes, guiarles con seguridad, hacer que sus objetivos puedan ser posibles, conseguir que un poquito de mi pasión se la puedan llevar a sus casas al terminar la jornada, y que en pocas horas pasen de ser clientes a amigos, me hacen sentir plenamente orgulloso de mi trabajo.
Y si en ese grupo hay una o varias personas con diversidad, el orgullo y el placer se multiplica porque de alguna manera estoy consiguiendo que la montaña sea inclusiva e igual para todos.
Está claro que la responsabilidad es grande, y muchas veces es muy complicado, pero por lo general todo el esfuerzo y sacrificio se olvida al ver las caras y palabras de satisfacción que siempre escucho al terminar cada salida.
¿Qué te motiva para seguir buscando nuevos retos?
Seguir activo, hacer que la gente vea la montaña de una forma natural, inclusiva para todos y todas. Muchas veces busco retos más complicados para ponérmelo difícil, exprimirme y porque no, sufrir un poco. Cuanto más esfuerzo en la preparación y ejecución de una salida, muchísimo más gratificante es la recompensa cuando se termina con éxito.
Pero mucha motivación viene por las caras de satisfacción y en algunos casos lágrimas de emoción al cumplir un sueño.
Mucha gente al ver como trato a las personas con diversidad funcional, me pregunta a ver si en mi familia cercana tengo alguna persona con alguna discapacidad. Antes no. Ahora sí, ahora tengo muchos amigos con discapacidad, pero yo siempre contesto, ¿es necesario tenerlo cerca para tener esa empatía o sensibilidad? A mí me sale solo, no tengo que forzar nada. Soy así.
¿Cuál es la experiencia que más te ha marcado? ¿Por qué?
Todas marcan, porque todas son muy diferentes.
Algunas incluso muy duras. De momento me cuesta pasar por encima sin sentir algo fuerte en mi interior. Y espero que esto no cambie. Muchas veces he vuelto con lágrimas en los ojos a casa por las cosas que veo y el sufrimiento que aprecio en algunas miradas.
Si hablamos de personas con discapacidad, poder acompañar al monte a una persona que nunca lo ha hecho, o por el contrario, hacer que aquel o aquella montañera que ha visto su vida deportiva cortada por un accidente o una enfermedad, pueda volver a su cima más mítica, o las familias que quieren retomar la actividad montañera con algún familiar o amigo… Es difícil elegir una.
Pero no tengo ninguna duda en decir que la que más me ha marcado, ha sido la de una familia con una niña con daño cerebral adquirido, que desde un principio ha luchado porque su hija tenga las mismas experiencias y sensaciones que cualquier otro niño de su edad.
Con esta niña he hecho monte en familia, he corrido una carrera de montaña, he esquiado junto a sus padres en un día mágico para la familia y por supuesto para mí.
Las cosas que he podido ver, oír y sentir con esta familia, nunca antes podía haber imaginado que podría sentir en el monte, un entorno para mi muy habitual y sencillo, pero para ellos muy complicado, hostil e imposible.
¿Tienes planeados nuevos retos? ¿Cuáles?
Esta pandemia, como a muchos, nos ha hecho cancelar muchos retos, aventuras, proyectos y sueños. Pero intentare llevar a cabo por lo menos alguno lo antes posible.
A primeros de año queremos viajar al mar Báltico en Suecia para hacer una travesía por el mar helado con una persona ciega.
Justo antes del confinamiento, en febrero del 2020 hicimos algo parecido por en un lago helado de Noruega.
Esta vez intentaremos sobrevivir 8 días en condiciones extremas, pero haciendo sentir a esa persona ciega todo lo que por sus ojos no pueda apreciar. Además, para una persona ciega surcar un terreno sin obstáculos, sin tener que ir atado a nada ni a nadie, sin contacto con el guía, es una sensación de libertad que buscan desde el momento que pierden la vista y dependen de un guía, de un bastón o de su perro guía
Un reto complicado, duro, pero muy bonito.
¿Cuál sería tu ejemplo de cara al resto de la sociedad? ¿Qué mensaje te gustaría transmitir con lo que haces?
No sé, no creo que sea una persona a la que se tenga que tener como referente. Me gusta ser humilde y hacer las cosas desde el corazón.
Creo que es eso, en la montaña, como en todo lo que uno hace, hay que ser humildes. Si entras a la montaña con aires de grandeza, enseguida te pones en tu sitio porque la montaña, para mi es muchísimo más grande que yo en todos los aspectos.
Pero sí que hay un mensaje que me gustaría trasmitir. Sería el de la igualdad para todos y todas. Para todo por supuesto, pero si hablamos de montaña, creo que todos tenemos derecho a disfrutar de algo que nos ofrece la naturaleza a todos por igual.
Yo cuando planteo salidas al monte, no digo que son actividades para personas con discapacidad, ni tampoco lo contrario. Mi objetivo es hacer montaña inclusiva. Y cuando utilizo la palabra Inclusión, lo hago porque puede que, en una de esas salidas montañeras, venga una, varias o ninguna persona con discapacidad. Creo que esa es la inclusión verdadera y la que todos y todas desvariamos buscar en todos los ámbitos sociales, laborales y deportivos.
Además, en un grupo donde interactúan personas con y sin discapacidad, por lo general todos y todas aprenden, todos y todas se ayudan hasta que llega ese momento mágico en el que nadie tiene una discapacidad, todos somos iguales, con diferentes capacidades, en un entorno en el que todos nos necesitamos.
Creo que este es el mejor mensaje.
¿Y cuál sería tu mayor reivindicación a la sociedad, a los políticos, a las empresas?
Exactamente lo mismo. La inclusión. Pero también creo que es muy importante la normalización. Me parece fundamental que nadie se lleve las manos a la cabeza cuando se vea a una persona ciega disfrutando de una montaña, o a una persona con movilidad reducida en lo alto de una cima. Si todos y todas lo vemos con normalidad, estoy seguro que mucha más gente lo intentará y con ello se conseguirá más esa inclusión. En la sociedad poco a poco se va consiguiendo, pero queda mucho por hacer. Todos en general tenemos mucho que reivindicar y denunciar para conseguir estas palabras que a mí me parecen tan necesarias. Inclusión y normalización.
Queremos ser tu altavoz: quieres contarnos algo o dar voz a alguna asociación o iniciativa con la que colabores
Solo daros las gracias por esta oportunidad. Es importante que empresas como Obbocare que centran sus esfuerzos en la mejora del día a día de las personas con diversidad funcional, se hagan eco de otras iniciativas como puede ser la mía. Se que hay muchas personas que piensan como yo pero que igual no se han atrevido a dar el paso.
Yo lo he hecho de forma profesional, pero antes de llegar aquí, lo hice fundando la asociación Montes Solidarios de Vitoria. En ella hay un montón de buena gente que actúan como guías voluntarios para llegar a muchas familias y a diferentes asociaciones. Pero también hay muchas otras asociaciones que se dedican plenamente al trabajo con personas con diversidad funcional y en distintos ámbitos. Unas con actividades enfocadas a su mejora personal, independencia y aprendizaje, otras luchando por la accesibilidad en ciudades, centros educativos etc., algunas trabajan en la integración laboral de sus asociados.
Yo en mi caso, quiero que el ocio, en este caso ocio en montaña, sea una herramienta de desahogo para familias y personas con diversidad funcional.
Se, porque lo vivo a diario, que la montaña ofrece algo que muy pocas cosas pueden ofrecer. Y estos sentimientos que tenemos en la montaña, pueden ser temporales o perdurar en nosotros durante mucho tiempo.
En la desescalada del duro confinamiento que nos ha tocado vivir, hasta los que nunca habían pisado el monte en su vida, han tenido la necesidad de hacerlo. Esto querrá decir algo ¿no?